En Bubbub no nos hemos propuesto nunca dar respuesta al antiguo y eterno dilema de quién fue antes, si el huevo o la gallina. La solución parece ser que la han encontrado unos científicos ingleses de la Universidad de Warwick y Sheffield, que concluyen que la gallina existió antes que el huevo.
Curiosidades al margen, lo que sí que os podemos asegurar es que esta receta, con la que estrenamos el blog, es tan antigua como sus ingredientes. Se trata de aprovechar el potente aroma que desprende la trufa negra fresca acabada de recolectar para impregnar —es lo que se conoce como trufar—, los huevos frescos. Ah, y si son de corral, mucho mejor.

La clave: la calidad de los ingrendientes
Los que ya han disfrutado de la experiencia de saborear unos huevos previamente trufados saben que, precisamente, la calidad de las trufas y de los huevos son clave para obtener el sabor y el olor deseados al prepararlos. En Bubbub hemos ido a la plaza Mayor de Vic y hemos comprado una docena de huevos frescos en la parada ambulante de Maria y Josep. Huevos que recuerdan el color y sabor de los de antes; de gallinas de payés criadas en libertad y alimentadas con grano.
Para trufarlos hemos escogido un par de trufas negras bien frescas, en su punto de madurez y olorosas, de unos 30-35 g cada una. Un par de trufas de este tamaño pueden trufar 1 docena larga de huevos frescos.

Necesitaremos de 24 a 72 horas para trufar 1 docena de huevos frescos.
Ya que las trufas negras frescas mantienen todas sus propiedades hasta 14 días en la nevera, aprovecharemos los 2 ó 3 primeros días para trufar los huevos. Sólo la experiencia de resultados anteriores y los gustos de cada uno a la hora de inclinarnos por unos huevos ligeramente trufados o por otros de sabor mucho más potenciado, será decisiva para saber los días que necesitaremos para el proceso.
En Bubbub ya distribuimos las trufas cepilladas y lavadas, pero si dispones de trufas frescas todavía con tierra, recuerda que, primero, es necesario lavarlas con un cepillo suave bajo el chorro del grifo en agua fría y después, secarlas completamente con papel de cocina.
Una vez tenemos limpias las trufas colocaremos media docena de huevos con una trufa entre 20 y 30 gramos en un bote hermético de cristal. La trufa la envolveremos (no completamente) en papel de cocina y los dejarmos juntos dentro de la nevera de 24 a 72 horas, dependiendo de cómo queremos de suaves o fuertes los huevos.
Como a nosotros nos gustan mucho los matices, nos inclinaremos por unos huevos con un olor y sabor equilibrados y que, normalmente, se consigue con alrededor de las 36 horas como máximo. Alcanzado este tiempo ya tenemos listos unos exquisitos huevos frescos de payés trufados con trufa negra fresca que se pueden preparar de muchas maneras. Nosotros estamos pensado si, la próxima semana, os prepararemos unos huevos fritos, unos huevos a la Benedictine al estilo Bubbub o unos huevos poché con trufa negra rallada.