Ingredientes
85 g de pasta Linguine por comensal
200 ml de nata líquida para cocinar
Mantequilla
Agua
Bloc de foie-gras micuit de oca o pato
10 g de trufa negra fresca
Preparación
Sacaremos la trufa negra fresca de la nevera y la reservaremos para que coja temperatura ambiente. Empezaremos por preparar la pasta. Llenaremos un cazo hondo de agua y la pondremos a fuego fuerta hasta que empiece a hervir. Cuando empiece a hervir le echaremos un pellizco de sal y un par de gotas de aceite de oliva y, con mucho cuidado, pondremos con sumo cuidado los linguine a cocer en el agua hirviendo para que no se nos rompan. Seguiremos las instrucciones del fabricante de la pasta, aunque normalmente la pasta quedará cocida al ‘dente’ con tan solo 10 minutos y si la queremos un poco más hecha la dejaremos alrededor de los 12 minutos. Una vez cocidos los linguine, los escurriremos completamente y los devolveremos en el cazo para que se mantengan calientes con un poco de mantequilla para que no se nos peguen entre si.
Mientras hierve la pasta, en otro cazo pondremos la nata líquida a fuego mediano y le echaremos un dadito de foie-gras micuit de oca o pato y un poco de ralladura de trufa negra fresca al gusto. La dejaremos unos minutos al fuego, removiendo con una cuchara de madera hasta que todos los ingredientes estén integrados y la salsa vaya cogiendo la consistencia deseada. Un vez tengamos lista la salsa, ya podremos empezar a montar el plato y servirlo en la mesa.
En un plato llano podremos la ración de linguine y los regaremos, generosamente, con la salsa de nata líquida, foie-gras y la trufa negra fresca. Acabaremos de presentar el plato haciendo una corona de láminas bien finas de trufa negra fresca y, para el toque final, pondremos en el centro un pequeño bloc de foie-gras con trufa negra fresca por encima. Y la está. Sencillo pero delicioso.